Las
flores de Baudelaire
Gonzalo
Garrido
ISBN:
9788415098386
Formato:
Rustica con solapas– 264 Págs
Editorial:
Alrevés
Todos somos traidores en
algún momento de nuestra vida. Bien lo sabe el protagonista de Las flores de
Baudelaire, Alfredo Maldonado, un reputado fotógrafo en el Bilbao industrial de
1917 que se ve inmerso en una investigación sobre el brutal asesinato de la
hija de una de las familias más ricas de la ciudad. Maldonado, un hombre
desencantado y con una afición oscura, diseccionará con su humor ácido una
sociedad indiferente a la tragedia de la Primera Guerra Mundial. El resultado
de sus pesquisas lo llevará a descubrir una trama de complejos intereses
familiares y financieros cuyo denominador común será el mal
En
los últimos meses ha habido un punto de inflexión en mis lecturas que casi se
corresponde con el tiempo durante el que leí esta novela. Algunos recordareis
que en el mes de abril me tomé dos semanas de vacaciones donde una estuve de
ermitaña porque necesitaba pensar. Tomar las riendas de mi vida puede sonar
algo pretencioso, pero al menos sí que tomé algunas decisiones sobre el camino
que yo quería para mis lecturas y el blog. Y todo ellos pasaba por leer lo que
realmente quería. Y yo quería leer Las
flores de Baudelaire.
Esta
novela se vino conmigo a la montaña, donde volví a las historias negras y a los
géneros con los que realmente disfruto. Porque esta obra en concreto había no
solo había tenido una campaña muy agresiva, sino que también había recibido muy
buenas críticas. Sobre todo opiniones de gente de la que me fio en lo que se
refiere a novela negra y literatura en general.
Lo
primero con lo que me topé fue con una estupenda ambientación. Nos lleva a un
Bilbao que viene una época dorada durante la Primera Guerra Mundial gracias al
desarrollo industrial debido a la neutralidad de España. Esto no solo da pie a
hablar de la sociedad de la época, sino también permite una crítica pertinente
al abismo que separa las clases, la corrupción desmedida y la maldad en
general. Porque no hay nada más horrible que la muerte de un niño, más si está
impedido. Y de eso va una novela negra, ¿verdad?
La
historia está narrada en primera persona por el protagonista, Maldonado, de profesión
fotógrafo. Me resulta una elección cuanto menos curiosa la de esta tipo que además
es aficionado a los toros y a inmortalizar escenas de crímenes. Y no solo es
que Maldonado sea un poco especial con su visión de la época y su sutil ironía,
sino que lo que realmente me ha chocado es la facilidad con la que la gente
parece abrirse a él y contestar preguntas comprometedoras a un fotógrafo. Y mucho menos en clases sociales tan elevadas y
herméticas como las que trata esta novela.
Exceptuando
este aspecto en lo referente a la trama, tengo que reconocer que me ha
sorprendido que sea la primera novela del autor. La narrativa es muy fluida,
pero a la vez cuidada y sin excesivos diálogos. Va al grano, a lo que importa,
y eso me gusta. Sin embargo, destaca una gran labor de documentación (porque no
olvidemos que está ambientada hace ya 100 años).
En
ese sentido es el punto más fuerte de la novela, donde se focalizan todos los
esfuerzos, ya que la investigación pierde en cierta manera su atractivo viéndose
casi eclipsada por el entorno. De hecho, meses después de su lectura, la resolución
está un poco difusa en mi mente y la recuerdo como un desenlace un tanto
apresurado y brusco. No descarto que en un futuro quiera dejarnos una nueva
historia del personaje donde queden más claros algunos puntos.
A
veces esto sucede con las novelas cortas, y más si son tan concisas como esta.
Los capítulos son minúsculos, una buena forma de forzar al lector a que continúe
uno detrás de otro buscando respuestas. O dejándose deslizar por las páginas de
una novela costumbrista tapada de novela negra, que es mucho de lo que vamos a
encontrar.
Las flores de Baudelaire,
las del mal, las encontramos de pasada en la lectura de uno de los personajes. Así
sin más, pero con mayor profundidad de lo que realmente vemos. El poeta francés
describió la corrupción del mundo y el desprecio del ser humano en el siglo
XVII y esta es una bonita manera de transponer en cierto modo esta obra a la narrativa
negra.
A
pesar de que la historia criminal en la novela no me ha llegado tanto como
esperaba (quizá por espaciar mucho la lectura en el tiempo) sí que me ha
sorprendido Gonzalo Garrido con esta
primera novela. Su narrativa es potente y creo que en un futuro tiene grandes
cosas que aportar.
La tendré en cuenta para futuras lecturas. Ya me llamaba la atención de antes y ahora le has dado otro empujoncito hacia mí.
ResponderEliminarBesos.
Creo que yo también destaqué en mi reseña que me extrañaba que la gente se confiase así a un fotógrafo. Pero bueno..., por lo demás está muy bien
ResponderEliminarBesos
No descarto leerla pero siempre me da una pereza....jejej
ResponderEliminarUn beso!
A mi me gustó mucho también, y como a ti, me sorprendió lo bien escrita que estaba para ser la primera novela de este escritor.
ResponderEliminarBesos!
No la descarto, pero también es cierto que no la busco, si se cruza la leeré.
ResponderEliminarBesos.
Eso de novela costumbrista como novela negra me convence. Esta es de las que me gustaría leer así, con el blog pasa eso, a veces hay que reorientarse.
ResponderEliminarUn beso
En líneas generales está teniendo buenas reseñas este libro. No lo voy a dejar pasar si se cruza en mi camino.
ResponderEliminarBesotes!!!
Lo leí hace mucho y me gustó. no sólo la ambientación que va medida al milímetro para no causar la sensación de ensayo, sino el lenguaje tan áspero que utiliza Gonzalo.
ResponderEliminarLa verdad que fue una muy buena lectura
Besos
A mi también me ha gustado bastante esta novela :)
ResponderEliminarBs.
No la conocía, no tiene mala pinta y no descarto leerla, aunque el género no sea de mis favoritos.
ResponderEliminarBesos.
Este libro surgió hace muuuuuuuuucho tiempo y siempre le he tenido un ojo encima. No sé si llegaré a leerlo o no. Si se cruza en mi camino seguro que sí. Besos.
ResponderEliminarMe gustó mucho esta novela. La recomiendo, sobre todo por su magnífica ambientación de la época. Besos.
ResponderEliminarA veces sucede lo que cuentas en la reseña: el estilo del autor es tan personal que se le divisa un futuro muy prometedor, pese a que la historia en cuestión no nos haya encantado del todo. Yo le tengo echado el ojo.
ResponderEliminarUn besito.