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lunes, 15 de abril de 2013

Nombre de mujer, de Arnoldo Rosas




Nombre de mujer
Arnoldo Rosas
ISBN:    9788415666479
Formato: Digital– 160 Págs
Editorial: ebooks Literaturame!


 Nombre de Mujer es una novela de múltiples voces y diferentes estratos que se ambienta en la Venezuela de las últimas tres décadas del siglo XX, donde los personajes - un grupo de jóvenes de clase media de diversas procedencias geográficas - fluyen, se entrelazan, se afectan arrastrados por el constante cambio político de los países latinoamericanos, descubriendo en con ello el amor, el sexo, la independencia, no siempre libres de escoger vicios, pasiones, afectos, ideales, en esa cotidiana telenovela que es la vida.


Es la segunda vez este mes que me encuentro con una novela difícil de definir, y aun más de reseñar. Pero quiero escribirlo ahora, cuando aun tengo las impresiones frescas, para que no caiga en el olvido de las novelas sin reseñas. No porque huya de este tipo de escritos (que no, que incluso los busco) sin porque me resulta muy difícil hablar de ellas.

Tal como comenta la sinopsis, se trata de una obra a varias voces sin un narrador claro, ya que en sus páginas confluyen muchas técnicas: reflexiones en primera persona, con vivencias en tercera o diálogos en un bar. Incluso podemos encontrarnos algún monologo dirigido a una persona que posiblemente está dormida.

Lo que nos cuenta en sus páginas no tiene mucho de excepcional: tal como describe en la sinopsis, hace una pasada por los últimos 30 años de Venezuela y Latinoamérica, a través de la vida de un grupo de 8 chicos normales. O quizá no tanto, ya que pertenecen a una clase media que tuvo la posibilidad de ir a la universidad y estudiar.

Tengo que reconocer que al principio me costó un poco encontrar el ritmo de la novela, en primer lugar porque (siempre lo digo) es increíble que hablemos el mismo idioma, y a la vez sea tan distinto… En los primeros capítulos hice algunas búsquedas en internet, pero me di cuenta de que restaba magia a la lectura, así que al final decidí dejarme llevar y empaparme de todo a pelo. Todo mucho fue más natural y sin pensar, lo que me permitió disfrutar mucho más del texto.

Además, otro punto de dificultad, es el entrecruzamiento de las historias, los puntos de vista, y demás recursos que utiliza el autor para meternos en la novela. Para ello tenemos que avanzar, ir recordando los fragmentos como haciendo un puzle en el que al final encajamos todas las piezas.

A pesar de estos dos factores, el ritmo es extremadamente fluido. Lo que cuenta es tan cotidiano y a la vez atrapante (junto con las escasas 150 páginas aprox, en 10 capítulos) que es imposible no bebérsela en una tarde.

Me ha parecido una lectura muy entrañable y al mismo tiempo descorazonadora. Porque no tiene todo que ser feliz, ni las infancias, ni las juventudes fáciles ni la madurez plena. Lo cierto es que a mí no me queda mucho para cumplir los treinta (edad en la que se encuentran los personajes) y me ha hecho plantearme que sueños y ambiciones habré podido cumplir para entonces.

Con estos personajes vamos viviendo desde su infancia hasta su madurez, con una mención especial a la etapa universitaria donde principalmente se desarrollaron como personas, donde crearon lazos y los deshicieron mas tarde. Y como cada uno influyó en la vida del otro, para bien o para mal.

Vemos que el amor, los miedos, las ambiciones, el sexo y las desilusiones no son únicas de un país, sino que se dan en todas las naciones. Claramente más pronunciadas dada la inestabilidad política de la zona, pero nos damos cuenta de que no nos diferenciamos tanto.

El ambiente transporta íntegramente, como si lo hubiéramos vivido nosotros mismos. No puedo saber si es un trabajo de documentación, o parte de vivencias personales, pero es absolutamente realista y consigue su objetivo: sentir lo que sintieron ellos.

Esto supone también un final real: no todo tiene porque ser bonito, ni haber cumplido sus sueños, o vivir como les hubiera gustado. Te deja un sabor agridulce, sobre todo para aquellos que nos acercamos peligrosamente a esa tercera década en la que nos planteamos que hemos conseguido en nuestra vida… y que será del resto.

Arnoldo Rosas no es nuevo en esto ni mucho menos. En su país es un reconocido autor que en España aun está entrando en el mercado editorial. Hace un tiempo salió a la venta Uno se acostumbra, y es ahora cuando (en versión digital) podemos disfrutar de su opera prima. Y esperemos que sean muchas más, porque realmente merece la pena.

7 comentarios:

  1. Es interesante lo que cuentas, me alegro que te haya gustado, a mi me dejas con la curiosidad
    Besos

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  2. Si a ti te es difícil reseñarla, a mí me es difícil definirme respecto a ella =) Por una parte no me llamaba la atención, pero por otra me ha gustado lo que dices de ella. Un besito.

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  3. Interesante libro, Me los pensare.
    Un saludo.

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  4. Uys, pues no me llamaba al principio, peor me has ido convenciendo con tu reseña. Apuntada!
    Besotes!!!

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  5. A pesar de que le has hecho una reseña muy positiva no creo que lo lea.
    Besitos.

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  6. Es un libro diferente. Coincidimos contigo en muchos puntos.

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