La vida según Roberto
Cristina Pérez
Barroso
ISBN: 9788461641338
Formato: Tapa
dura– 32 Págs
Editorial: Crudarealidad
Roberto nunca ha tenido un cuarto de baño para él solo. Y eso que ha conocido en su corta vida algunos. A sus diez años, está enfadado con el mundo porque tiene que volver a mudarse de casa, y esta situación le tiene un poco harto. Y se pregunta por qué, si su madre es tan buena con él y con su hermano pequeño (que es un plasta), la suerte les da siempre la espalda (como dice mirando al cielo su vecina de descansillo).Una vida itinerante puede resultar atractiva a primera vista, todo el día de aquí para allá con el petate a cuestas; nuevos amigos, nuevo barrio... Pero a Roberto lo que realmente le gustaría es que su madre encontrara un buen trabajo con el que ganara suficiente dinero como para tener su propio hogar, con cuarto de estudio y un baño aromático, al que poder invitar a sus compañeros de clase. El lector se impregna a medida que desgrana el pensamiento de este crío de un optimismo que se alimenta de la ilusión y la certeza que impulsan a Roberto a mirar la vida con madurez. Porque tiene sueños maravillosos en los que su familia disfruta de vacaciones estivales, en la playa, en el camping, con la tranquilidad de saber que por fin han dejado de rodar de un sitio para otro. Y esos sueños le dan la fuerza para seguir adelante.Porque la cruda realidad está llena de finales felices.
Solamente
quiero hacer una pequeña nota respecto a este libro que no me atrevo a
catalogar en un género concreto. Pertenece a la editorial Crudarealidad que se
estrena en el mercado con este libro por el momento. Supongo que su línea será
la de concienciación social, aunque espero ver mas títulos próximamente.
Se
trata de una historia, más bien a modo de diario o redacción escolar, de un
niño llamado Roberto que cuenta sus cosas del día a día. La peculiaridad que
tiene es que su madre es soltera con dos hijos a su cargo, una de los millones
de afectados por la crisis: el paso, el desahucio, dificultades… Nos lo cuenta
un poco a su manera como hacía por aquel entonces Manolito Gafotas. Pero a
diferencia de él, Roberto sabe lo que pasa y lo entiende. Y quizás el fallo más
grande… habla de ello espontáneamente.
Entones
podríamos llamarlo infantil, porque esta ilustrado y cuenta la historia de un
niño. Pero la vez es extremadamente madura
para dárselo a leer a alguien menor de 12-13-14 años… ¿Entonces? ¿Juvenil?
Tampoco es eso. Y si lo enfocamos a un público adulto serviría más bien como concienciación,
pero le falta algo.
El
libro es realmente corto, muy bien ilustrado y con las paginas a todo color. De
la edición no puedo comentar mucho aparte de la maquetación porque he leído una
versión digital así que no me atrevo a hablar de la calidad del papel o el
pegado, que son importantes en los libros infantiles.
Como
os decía antes, a la historia le noto demasiada madurez para lo que pretende el
texto. Quizá velando un poco más las verdades y con una narración más extensa, sería
una buena historia para contar tanto para niños como para adultos.
Por
tanto, me ha dejado una sensación extraña que solo podría corroborar dándoselo a
leer a alguien de la edad de Roberto. Porque claro, la visión es muy diferente
y mi experiencia con los libros infantiles se ha quedado tan atrás como mi
propia infancia, hace ya un tiempo. Si lo comprobáis con vuestros hijos,
contadme el resultado. Tengo curiosidad.
Tomo nota de él para mi hija mayor ;D
ResponderEliminarNo lo conocía. Y no sé cómo sería para mi hija, que va a cumplir 10 añitos. No sé, si me animo con él te cuento.
ResponderEliminarBesotes!!!